sábado, 20 de junio de 2009

Revolución

Estamos en medio de una revolución. En las calles hay masas de gente, alrededor de todo el mundo, saltando, corriendo con velocidad, con gracia. Transformando calles y ciudades en patios de juego.
Gente que se ha levantado contra el estrés, la ansiedad, la obesidad, la flojera, el sedentarismo, el aburrimiento y por sobre todo el conformismo social. Gente en todo el globo que se ha aburrido de carteles que les dicen por donde transitar, cuando hablar, cuando respirar. Que se han aburrido de tener que adaptarse y ver como la vida les pasa por delante, y han decidido forjar su camino, a su manera, transformar su entorno de acuerdo a sus nececidades. Gente que se ha corregido, decidido su camino, formando nuevas habilidades, enfrentando miedos, transformando limitaciones en obstáculos, y obstáculos en posibilidades.

No importa de donde vienes, de que color es tu piel, cuanto dinero tienes en el bolsillo, donde vives, en que crees. Sólo importa el respeto a ti mismo y a los demás. Todos crecemos juntos, nadie se deja atrás.
La violencia es transformada en energía y progreso; la mala condición física en buena condición física; los tiempos que jóvenes usaban para la delincuencia y vicios, en tiempos para entrenar.

Si eres parte de esta revolución, y eres tratado como delincuente u ocioso, no te desanimes. Millones de personas en el globo te apoyamos. No eres ni lo uno ni lo otro, persevera, entrena más duro, cuídate, transforma malos hábitos en nuevos hábitos, saludables, edificantes. Transfórmate progresivamente en un hombre y en una mujer fuerte, liberado de prejuicios, con habilidades que te permitirán ayudar a otros. Enseña, explica lo que haces. No lo calles, no te escondas, no agredas a quien no te entienda, menos aún a quien no quiera entenderte ni escucharte. Contagia el espíritu del Parkour.

Correr


¡¡¡Esto es lo que quiero!!! ¡Salir! ¡Correr! ¡Saltar! ¡Hasta la fatiga!

Sentir el piso a mis pies a gran velocidad. El aire golpeando mi cuerpo a medida que avanzo. Mis manos magulladas contra concreto. Transformar el entorno en parte de mi piel, transformar murallas en escaleras, definir mi entorno y no que este me defina a mi.

¡Correr! ¡Correr, como si mi vida dependiera de ello! ¡Cómo si fuese mi último deseo!

¡La última cosa que podré hacer antes de dejar este mundo! ¡Cómo si fuese la última oportunidad de sentir mis músculos ardiendo, la última oportunidad de sentir que me quemo por dentro, que en mis venas corre ácido, que mi corazón se me saldrá por la boca en cualquier momento! ¡Que el miedo dejó de existir! ¡Que no hay necesidad de descanzar!

No hacerlo por escapar de algo, no por querer alcanzar algo ¡Hacerlo porque puedo!

¡Correr! Correr hasta desmayar, hasta que mi cuerpo no desee acompañarme... correr porque es un privilegio, un regalo divino. Correr sin dirección, sin norte, sin necesidad, sin preocupaciones, sin meta.

Correr es lo que quiero.