jueves, 30 de abril de 2009

La Involución

El ser humano es una especie social. No existe ser humano dentro de lo que culturalmente denominamos "normal" que escape a esta regla. La interacción, la repartición de labores son herramientas que hemos hecho nuestras para la supervivencia. El desarrollo de nuestro cerebro y el comenzar a ser gregarios ayudaron a que fuesemos capaces de transformar nuestro entonro de acuerdo a nuestras capacidades. De aquí parten las sociedades, las culturas, el mundo humano. La sociedad enseña a los nuevos integrantes como se debe vivir, sin embargo esta herramienta social en algún momento se escapó de las manos, a mi parecer. La creación estuvo por sobre el creador humano.
Los humanos tenemos una capacidad que no tiene cualquier otra especie: la capacidad de crear. Esta capacidad se ha ido perdiendo, o se usa sólo en términos de adaptación de lo ya existente. El sistema cultural hegemónico en el que vivimos nos enseña a que la inteligencia humana y el éxito de este es alcanzable por medio de la adaptación. "Bien", dirán ustedes, "estoy de acuerdo", sin embargo este sistema cultural se desentiende de otras habilidades inteligentes como es la modificación y el cambio de entorno.
¿Donde quiero llegar con esto? la cultura dominante necesita un control social para tener un mejor control económico (el sistema dominante del mundo en este momento es el neoliberal), para esto necesita ciudadanos inteligentes, capaces de producir, pero que sean adaptativos, con poca ansiedad ante la duda. La transformación del mundo y el cambio del que tanto se habla hoy en dia no es más que cambios superfluos para adaptarse a la globalización, no para hacer algo nuevo.
Creo que todo cambio, revolución cultural, viene de un planteamiento contracultural de lo establecido. Es decir, una modificación del entorno. Esto no se queda sólo en teoría o en ideología, en nuestra sociedad vemos muchísimos movimientos que son contraculturales, muchos de ellos son reprimidos por el sistema imperante, sin embargo están ahí afuera moviéndose, transformándose y haciendo conciencia (este texto es uno de ellos).
Creo que el Parkour es uno de ellos. Desde la praxis el Parkour invita al practicante a darle un nuevo significado a su entorno físico y un nuevo sentido a su propio cuerpo. Esto tiene una consecuencia que es la modificación cognitiva, ver el mundo de otro modo, ver a la sociedad con otros ojos. A esto agreguémosle los valores que fecundaron al Parkour: Autoconocimiento (no que otros te digan que debes hacer), no competir con otros (aquí empieza el dolor de estómago de los neoliberalistas), no creer en lugares ni en jerarquias, no buscar logros personales ni metas superfluas, como el dinero (crece el dolor de estómago), el prepararse para el otro, durar, no desgastarse sino fortalecerse, y el desarrollo personal de acuerdo a un estándar personal.

Lo curioso del fenómeno del Parkour es que a pesar de que se ha mediatizado, globalizado y en algunos casos algunos falsos practicantes se han vendido por premios y millones de dólares, el verdadero Parkour, su verdadera escencia no cambia. Es fuerte y es útil y hace fuertes, útiles y nuevos sujetos a quienes lo practican, es una enseñanza fuera del sistema conocido, es impactante a los ojos de otras personas, es contracultural. Y creo que todo movimiento contracultural, que invita a la crítica y a formarse de una manera nueva, constructiva y creativa, es un paso a la evolución social, al nuevo ser humano, uno más humano y menos alienado.

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